El otro día me encontró recordando cosas que había imaginado del futuro y que hacía rato venía recreando en varios ambientes y estados de ánimo, y me dijo a los ojos, como ella sabe que me gusta que me digan las cosas:
- No.
Al instante supe que se estaba negando.
- ¿Estás segura?- Le contesté malvadamente aburrido tratando de sembrar una duda en su interior. Las condiciones estaban dadas debido a su estado húmedo, óptimo para germinar.
- Sí.- Me retrucó concreta.
Y las dudas no crecieron. Gracias a Dios, tienen una flor espantosa.
- No.
Al instante supe que se estaba negando.
- ¿Estás segura?- Le contesté malvadamente aburrido tratando de sembrar una duda en su interior. Las condiciones estaban dadas debido a su estado húmedo, óptimo para germinar.
- Sí.- Me retrucó concreta.
Y las dudas no crecieron. Gracias a Dios, tienen una flor espantosa.
1 comentario:
Ah si, si, son flores horripilantes. A veces crecen como yuyos, sin permiso. Qué se le va a hacer...
(veo que encontraste la manera de volver a por tu blog)
Saluditos a lunares -si, amarillos, diminutos-.
Publicar un comentario