miércoles, 7 de mayo de 2008

El almacén de Julio

- Hola, qué tal. Vengo a comprar una bolsa de reacciones para cualquier tipo de situaciones.
- Ajá, ¿algo mas?
- Eeeeh no, creería que no.
- ¿No? Mire, tengo una caja de estornudos recién llegada de Polonia, dicen que es muy efecitva.
- ¿Ah si? ¿pero funciona?
- ¡Y cómo! Es directo, no tiene tiempo de espera, y puede elegir combinaciones de a uno, de a dos y de hasta tres seguidos.
- Bueno, deme dos cajas entonces.
- Si quiere también tengo temas de conversación en cubitos, son muy prácticos y le aguantan una semana en el freezer.
- Esteeee, está bien, dele nomás.
- ¡Ah! tengo otra cosa que le puede interesar. Excusas inflables. Pero son esas que se inflan fácil eh...
- ¿Puedo probar una?
- ...Bueno, sí.
- A ver, invíteme a algún lado.
- ¿Querés ir a tomar un helado el martes?
- El martes...no, no puedo, tengo reunión de consorcio.
- ¿Y? ¿qué le parece?
- Me gusta, muy cómoda, deme siete.
- Buena elección. Le puedo ofrecer relfexiones en polvo también. Dos cucharadas en un vaso de agua y se revuelve durante un minuto en sentido antihorario.
- Vale, deme dos frascos.
- ¿Decisión untable? ¿le hace falta?
- Mmmmm... ¿decisión? noooo...de decisión creo que ando bien.
- ¿Seguro? no lo noto decidido...
- Es cierto, deme dos paquetes.
- También tengo consejos económicos. Naranja o lima limón.
- Deme de naranja, y con eso ya estamos...
- Bueno, bárbaro, en total serían...$22,50.
- Listo, aquí tiene, ¡Hasta luego!
- ¡Espere! tome, verdades masticables con gusto a menta de regalo.
- ¡Muchas gracias Julio! Hasta la semana que viene.

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