miércoles, 21 de mayo de 2008

La sala desespera

...y de repente, se imaginó en una sala de espera, sin turno, con una música monótona de fondo, junto a un ventilador que hacía mucho ruido, similar al de un ventilador ruidoso; unas sillas perfectamente amoldadas para verse horribles, todas vacías menos la ocupada por él, unas catorce personas de pie a su alrededor, vestidas de azul en distintos tonos con zapatillas blancas sin cordones, caminando de un lado para el otro; unas plantas de plástico bastante viejas, un trapo de piso en un rincón estratégico, dinero en efectivo haciendo, efectivamente, un efecto perfecto sin defectos; un cuadro irreprochablemente inentendible con pasajes de sabiduría interior incompleta, insuficiente e incierta, incendiándose intensamente; un perro con ojos de gato, un gato con orejas de burro (señalado por un coro de niños albinos que cantaban líricamente: “le vamos a poner”), un loro con un pico de loro en el pico y patas de perro, una ventana que daba a un pasillo lleno de humo de cigarrillo, un cartel de “prohibido pasar” para fantasmas colgado en la pared, unas botas de un concurso sin premio, un agujero de mal agüero, un paraguas de todos colores desteñido por una lluvia antipática, una sonrisa cercana al trapo de piso, un celular hablando por persona, un grito vacío lleno de esperanzas proveniente de una rejilla limpia, una alfombra verde en el techo con pisadas de botas dignas de ser premiadas, un juego de cartas sin terminar y sin participantes, un recipiente con agua y peces nadando en la misma dirección intentando salir, otros intentando entrar; un centro de mesa al costado, contra la pared en el horizonte; el sudeste todo sudado, un pequeño transporte, también transpirado, un cuchillo manchado con sangre de un asesino, un tenedor manchado con sangre de un paciente, un paciente manchado con sangre propia, un asesino manchado con sangre del tenedor, pero no tanta; el carnet de una obra social colgado de un alambre acalambrado, un teléfono que suena y hace “ring”, cubierto de aserrín desparramado en una esquina y en la otra un boxeador en forma; una bombilla de un mate, una bombilla de luz, para tomar mate, una lámpara sin bombilla para mate, un enchufe con una zapatilla (la del pie derecho), una fotocopiadora sin ideas originales, la mujer responsable de que un sable hable, una lente excelente observando lentejas, un revistero con un manual de caras para gente que cumple años, un catálogo de logos explicado con diálogos de astrólogos y enciclopedias que pedían que sean ordenadas en ciclos por pediatras diferentes, un cuatro preocupado por la manera de ser recordado, un ciclista con una lista lista para entregarle a su analista, una amenaza amena establecida por una boca imprudente, el recuerdo de un hombre cuerdo, una huelga de acelga bastante tranquila, una plancha acusada de fría e insensible, un nervio de una persona normal, un diplomático con pecas vestido impecablemente, una puerta al más allá cerrada con llave, un amor de estrellas, una locura chocante, un curioso leyendo esto escrito en una hoja reciclada, y dos relojes en la pared con horario similar que marchaban a paso lento, sin saber en cuál confiar...
Al rato fue al endocrinólogo y lo esperó durante treinta minutos.

Se aburrió un poco.

martes, 13 de mayo de 2008

Magnífica vista de un pensamiento

Voy a ir al balcón, necesito un poco de aire. Ya estoy afuera. Ahora estoy viendo un hombre salir de un local. No alcanzo a ver de qué es el negocio pero sí puedo observar lo que está pensando. No se cómo hago, pero sigo viendo y muy atento. Está pensando en una mujer, se quién es, la conozco, aunque no sólo la imagina físicamente, sino que la piensa junto a su personalidad. Es más joven que él, como siempre. Sigue caminando derecho, llegó a la esquina. Sigue pensando en la mujer y va a cruzar la calle (eso no es muy conveniente me parece). Está esperando que pase un Clio rojo. Ya pasó, ahora cruza. Está pisando la primera línea blanca de la senda peatonal sólo con la pierna izquierda. Ahora con la derecha pisa bien la segunda, tambalea un poco, pisa la tercera con la izquierda, dio un salto, pisó la cuarta, de vuelta con la izquierda, va a hacer la quinta con la derecha. Perdió el equilibrio, se está riendo. Ahora mira para los costados disimuladamente para ver si alguien lo ve reírse. Sólo una señora. No está pensando más en la mujer de antes. Ahora piensa en si conoce a la señora. Se dio cuenta que no y sigue derecho. Está pasando por una casa que tiene mucho reflejo en el vidrio. Mira de reojo y se acomoda el pelo. El viento se lo volvió a desacomodar, pero no se dio cuenta. Metió la mano en el bolsillo de atrás. Está por sacar un billete de dos pesos. No, es de cinco. No piensa en eso porque eso lo pensé yo. Se lo pone en el bolsillo de adelante sin hacer tanto alboroto.
Entró a un locutorio, saludó al encargado y preguntó por una cabina. No puedo ver a cual lo mandó, pero está marcando un número de larga distancia. Me parece que le dio ocupado. Cortó. Ahora marca de nuevo pero mirando un papel. No se de dónde lo sacó. Tiene el numero escrito en lápiz y no creo que sea su letra.
Ahora no contesta nadie. Frunció el seño. Supongo que porque antes le daba ocupado y ahora no contesta nadie. Sí, era por eso. Está marcando de vuelta. Se arrepintió. Salió de la cabina, saludó al encargado, quien no le devolvió el saludo. Estaba viendo algo en la computadora, no se qué miraba porque el monitor esta ubicado para el otro lado y no puedo ver los pensamientos del encargado.
Mira para los costados, está parado en una pierna, mientras, con la otra, simula giros de tango realizados por una mujer, pero bastante masculinos. Sigue con la misma dirección que iba antes. Está pensando en una hamburguesa con lechuga y tomate. Creo que tiene hambre. No puedo ver sus sensaciones, sólo los pensamientos. Pasó por al lado de un carrito que vende churros. Ahora se imagina una hamburguesa con lechuga, tomate y churros. Sacó la lengua.
Apura el paso, está pensando en qué hora es, me asombra con la claridad que lo estoy viendo. Va a cruzar de vuelta, esta vez hay semáforo y mueve la mano señalando la posición de la luz roja. No entiendo que quiere hacer. Se puso en rojo y ahora cruza. Pensó en saltar las líneas blancas de vuelta, pero se acordó tarde y ya va por la tercera. Sube el escalón y sigue su camino. Pasa por en frente de un hotel. No ve a nadie conocido. Está pensando en que tiene ganas de irse a Europa. Sigue caminando y ahora se imagina en París, en un bar al aire libre. El día está despejado, el clima es seco y agradable. Se imagina con ella. La mesa es para dos y las sillas están enfrentadas. Discuten un poco con gracia por quién se sienta de espaldas a la Torre Eiffel que está cerca del lugar y a la vista. Sin el permiso del mozo, él corre la silla y se sienta al lado de ella. Lo veo clarito. Se abrazan un poco y le da un beso cariñoso en el cachete. La mira a los ojos y se acerca a ella. Le habla rozando sus labios. Agarra una bolsa que parece tener muchos objetos. Le da un sobre vacío y comienza a sacar las cosas. Le da una vista panorámica de un sueño cumplido, luego un cuadro para seguir y seguir pintando con temperas de varios colores, una llave de luz que enciende y apaga la realidad, un abrazo que sirve para invierno y verano, una almohada incómoda para que se apoye en su hombro, una solución indescifrable para problemas simples, una soga con un nudo muy difícil de desatar aunque fácil a la vez, una foto suya (su preferida) en una mesa junto a su creatividad, su imaginación, el miedo (bastante borroso) y su sinceridad (muy sonriente). Además le da un manual con explicaciones sobre cómo es él, pero en blanco, y un libro con cuentos sobre su ideología y manera de pensar, bastante claro por cierto. Solamente le queda por sacar de la bolsa un sobrecito de azúcar. Llegó a la otra esquina y dejó de pensar en París, pero cree y sabe que le puede dar todo eso. Sabe que le puede hacer bien. Aunque también sabe que ella no se da cuenta. Y sigue caminando. Ya me cuesta un poco verlo. No por la distancia, es que hay mucha gente. Entró en calor, al menos eso está pensando ahora, pero no tiene más que una remera puesta. Empieza a caminar más lento, ahora no tanto, ahora sí.
Pasa por un parque y piensa en hamacas. Quiere hamacarse. No hay hamacas. Se lamenta. Mira el cielo, se está despejando. No se detiene. Pasa por la casa de una amiga, creo que va tocar timbre porque se quedó parado. No, se está atando los cordones, aunque piensa en la amiga. Retoma el camino. Ahora no hay tanta gente, sin embargo casi no lo veo, dobló por una calle que me dificulta la visión porque no la conozco mucho.
Sigue caminando y ahora sí ya se me complica verlo. Cada vez se aleja más y se hace borroso. Ya es una figura difícil de reconocer, no veo por donde va ni cuánta gente hay, pero sí puedo ver lo que piensa, está pensando en ella de vuelta. Ya fue suficiente aire, abro la ventana del balcón y me voy adentro con un sobrecito de azúcar en la mano sin saber de dónde lo saqué.

sábado, 10 de mayo de 2008

La escapatoria

Un hombre, de esos que se creen rinocerontes, advirtió que lo estaban siguiendo.
Muy astuto, decidió apurar el paso y caminar por calles con nombres de provincias, sólo para despistar a su perseguidor.
Al llegar a una esquina miró para ambos lados, se dejó crecer la barba y compró una revista de interés general.
Preocupado, siguió apurado. No quería mirar para atrás, sentía que no le perdían pisada.
En el intento por dejarlo lejos, tropezó con una taza de café casi vacía. Al instante supo que era una pista...pero no la entendió. No contaba con el tiempo suficiente como para indagar a las personas que estaban por ahí cerca, y continuó su rumbo de escapatoria.
Llevaba la cuenta de los autos azules manejados por ingleses maleducados que lo pasaban por al lado, estaba seguro que en algún momento iba a necesitar un número preciso de algo.
Se miró las manos y notó que estaba perdiendo velocidad en sus largos pasos, por eso empezó a correr para atrás, mirando para adelante, levantando mucho las rodillas, con las manos en los bolsillos. Sabía que era imposible, pero también sabía que era la única manera de perder de vista a lo que lo estaba persiguiendo.....
Y ahí se dio cuenta...en ningún momento le había visto la cara...no sabía qué era lo que lo seguía...Frenó sus piernas y reaccionó...y entre sábanas destendidas, se despertó.
Este hombre era vivo, como todos los que se creen rinocerontes...

miércoles, 7 de mayo de 2008

El almacén de Julio

- Hola, qué tal. Vengo a comprar una bolsa de reacciones para cualquier tipo de situaciones.
- Ajá, ¿algo mas?
- Eeeeh no, creería que no.
- ¿No? Mire, tengo una caja de estornudos recién llegada de Polonia, dicen que es muy efecitva.
- ¿Ah si? ¿pero funciona?
- ¡Y cómo! Es directo, no tiene tiempo de espera, y puede elegir combinaciones de a uno, de a dos y de hasta tres seguidos.
- Bueno, deme dos cajas entonces.
- Si quiere también tengo temas de conversación en cubitos, son muy prácticos y le aguantan una semana en el freezer.
- Esteeee, está bien, dele nomás.
- ¡Ah! tengo otra cosa que le puede interesar. Excusas inflables. Pero son esas que se inflan fácil eh...
- ¿Puedo probar una?
- ...Bueno, sí.
- A ver, invíteme a algún lado.
- ¿Querés ir a tomar un helado el martes?
- El martes...no, no puedo, tengo reunión de consorcio.
- ¿Y? ¿qué le parece?
- Me gusta, muy cómoda, deme siete.
- Buena elección. Le puedo ofrecer relfexiones en polvo también. Dos cucharadas en un vaso de agua y se revuelve durante un minuto en sentido antihorario.
- Vale, deme dos frascos.
- ¿Decisión untable? ¿le hace falta?
- Mmmmm... ¿decisión? noooo...de decisión creo que ando bien.
- ¿Seguro? no lo noto decidido...
- Es cierto, deme dos paquetes.
- También tengo consejos económicos. Naranja o lima limón.
- Deme de naranja, y con eso ya estamos...
- Bueno, bárbaro, en total serían...$22,50.
- Listo, aquí tiene, ¡Hasta luego!
- ¡Espere! tome, verdades masticables con gusto a menta de regalo.
- ¡Muchas gracias Julio! Hasta la semana que viene.

lunes, 5 de mayo de 2008

Licuadora

Su nombre fue Tiburcio y será carpintero. Tuvo 45 años y jugará con sus dos hijos. Trabajó además en una inmobiliaria y será despedido cuando el personal notará que hizo una cama para el gerente. Es de madera. Explicó el malentendido y no le creerán. Lo denuncian. Huyó con su auto que comprará en un negocio que estuvo en manos de su mejor amigo Demetrio. Se casó y amará a Yolanda. A los 2 años tendrá a su primer hijo y luego tuvo el otro. Uno se llamó Gabriel y el otro se llamará Huguito, siempre en diminutivo está.
Los fines de semana por las noches hizo un asado que le saldrá rico. La familia comió gustosa. Lo felicitarán y lo aplaudieron al asador.
Compitió una vez en un concurso. Sale segundo. Perderá con su mejor amigo. Con el dinero del primer puesto puso un negocio de autos y tendrá mucho éxito. Su primera venta es para Tiburcio y el auto le resultó bueno. No le ocasionará ningún gasto extra.
Usó ese auto para escaparse de la denuncia que le harán. Era de color negro. Lo pintó de blanco. Quedará mal.
Comenzó una nueva vida en otra ciudad. Le irá mejor. Es carpintero y puso un local bastante grande. La plata sería del segundo puesto que ganará en un concurso que pierde con su mejor amigo. Mantuvieron la gran amistad luego del concurso. Le vendió un auto más barato que utilizó para escapar.
Los hijos trabajarán un tiempo con su padre y lo hicieron muy bien. Abrirán dos locales más, uno para cada uno. Al de Gabriel le hicieron una ampliación. A Huguito le habría ido peor y vendió una parte. Queda más pequeño. Su padre lo aconsejó y el hijo lo escucha.
El auto blanco se vendió y compraría uno nuevo. Este será de color negro y fue gasolero.
Su mujer también lo amará y cumplen 25 años de casados. Festejó las bodas de plata y quedarán contentos, sobre todo sus hijos. Le regalan un viaje. Un crucero. Les gustó, la pasarán muy bien.
Conoce a un hombre que venderá casas en la ciudad. Se llamó Demetrio. Es gerente. Se hacen amigos y lo contrató. Trabajaría para la inmobiliaria y lo hace bien. En un concurso participarán los dos. Ganó el gerente y pondría una concesionaria de autos usados. Le vendió un auto barato a su amigo. Tiburcio le regala una cama para su cumpleaños. El resto del personal lo creerá trampa.
Tiburcio debió escapar a una nueva ciudad. Le irá mejor. Sería carpintero.

viernes, 2 de mayo de 2008

Caracteres

Aguanto la respiración 450 caracteres
Puedo correr durante 300 caracteres seguidos sin parar
Se contar hasta 5000 caracteres de atrás para adelante
Digo caracteres cerca de 67 veces por día, sin contar este caracter
Uso caracteres para comer asado
El sandwich de caracter con mayonesa es más rico que con ketchup
Riego las plantas con caracteres
Cuando tengo que ayunar, pienso en caracteres al horno
Tengo 40 pesos con 25 caracteres en la billetera
Me divierte mirar cuando llueve, en especial la caída de caracteres
Cuando juego a la escondida, cuento hasta 100 caracteres
En una bolsa tiro la basura y en otra diferente junto caracteres
Este año tengo una graduación de caracteres
En la foto de mi msn tengo un caracter sonriendo de espalda
Cuando pedimos pizza especial, le saco las aceitunas, pero le dejo los caracteres
Mi msn no es caracteres@hotmail.com, el que quiere me lo pide, no adivine, tiene muchos caracteres
Cuando estoy perdido en la ciudad saco mi mapa de caracteres de bolsillo y me ubico rápidamente
También el mapa de caracteres sirve para el mar, no tanto para lagunas
Respire con tranquilidad, hay muchos caracteres dando vuelta
Por favor, no tire caracteres al piso

Cuando me sorprendo por algo suelo gritar ¡Caracteres!
Si bebió, no caracterice
Son las 5 de la tarde, hora de tomar caracter con leche
Cuando escucho una canción me gusta principalmente el ruido de los caracteres
Es muy difícil que me enoje, a lo sumo una o dos veces por año me sacan de los caracteres
Cuando juego al TEG me gusta conquistar Oceanía, y siempre pongo muchos caracteres
Si se corta la luz me iluminan los caracteres
En el mismo bolsillo que llevo las llaves tengo dos o tres caracteres, por las dudas que no pueda abrir una oración
El invierno es agradable para caminar por donde da el sol, necesito sólo un caracter para abrigarme
No me gusta ir a pescar, pero si no me queda otra, voy a pescar caracteres
Me acuesto en el pasto para encontrar forma de caracteres en las nubes
A la mañana saco a pasear a mi perra y a la tarde a los caracteres
Cuando no se que ver por la televisión a lo sumo hago uno o dos caracteres para ver si encuentro algo entretenido
Me molesta la gente con errores de caracteres
El otro día aproveché y fui a pagar la luz, el gas, el agua y los caracteres, maté varios pájaros de un tiro
No hay nada como la ensalada de lechuga y caracteres con milanesas


La característica de los caracteres es que tienen mucho carácter